jueves, 29 de marzo de 2012

Tres Lechesdevirgen

Tres Lechesdevirgen 
pieza de arte de performance de Lechedevirgen Trimegisto


Presentada en "NO.POR.NO:  primer simposio sobre pospornografía y cultura visual" Qro. Mex. Marzo 2012, al lado de artistas y teóricos cómo La Congelada de Uva, Fabián Giménez Gatto, Naeif Yehya, entre otros. 









“Una cosa es segura: si no tienes come shots, no tienes una película porno”
Ziplow, Stephen, citado en Hardcore de Linda Williams,1999


“Tres Lechesdevirgen” hace referencia a tres tópicos ligados a la disidencia sexual, la teoría de género (Teoría queer) y la pospornografía. El primero habla sobre la sanitización del sexo y sobre los códigos de representación del deseo y las formas de placer-saber subversivas (masturbación, onanismo,etc.), el segundo versa sobre la problematización de la reproducción cómo única razón de ser de las practicas sexuales, y el último gira al rededor de la diferenciación biológica de los cuerpos (biopolítica y somatopolítica) y los géneros (tecnologías de género) cómo eje del binomio: hombre-mujer, pasivo-activo, dominación-sumisión, etc.

Inducción performativa al estado de purificación. Self-Cleaning (limpieza, desinfección de uno mismo)
El concepto de la higiene cómo uno de los procesos necesarios para legitimar las practicas sexuales ha dado pie a dispositivos somatopolíticos que patologizan, controlan y mutilan los cuerpos, haciéndolos ajustarse a una serie de normas prescritas desde un pensamiento heterocentrado dirigido a la reproducción humana, cómo fin ultimo de la cadena de transacciones económicas rentables, considerando válidos sólo a los cuerpos capaces de producir fuerza de trabajo, o sujetos en potencia de desarrollarla; dentro de un mercado biopolítico fascístico y capitalístico.

Los movimientos anti-onanistas e higienistas del SXIX interpretarán la masturbación no solo como un problema de «morbosidad individual sino también como una forma de patología social, representando al masturbador como un «agente contaminador>> en el conjunto del cuerpo social que amenaza la supervivencia de la raza blanca autóctona.”
Átame: tecnologías de la mano masturbadora, Manifiesto Contrasexual, Beatriz Preciado, 2002

Existe una necesidad irrefrenable por marginar los cuerpos que se auto-descubren a si mismos, practicas cómo la masturbación y el onanismo concentran una ataque directo al sistema de mecanismos heteronormativos, pues desperdician la “energía” sexual de los fluidos y los cuerpos. Se ha condenado el tacto y la mano masturbadora desde hace ya más de tres siglos. Bajo la amenaza de contaminación se repudia el self-afection y la falta de self-control, presentándose cómo abominaciones el “abuso de sí” y cómo foco de infección el cuerpo que se masturba.

Domina, durante los siglos XVIII y XIX, una patologización del tacto y un privilegio de la vista como sentido apropiado al conocimiento y la acción racional. El tacto y la piel son los dos comunes denominadores a las dos formas de «contaminación» venéreas (...) la contaminación sucede en un nuevo espacio en el que la sexualidad se define: el individuo y su propio cuerpo. La falta de auto-control (self-control) y el exceso de auto-afección (self-afection), al amenazar el equilibrio de los fluidos energéticos del cuerpo individual, se transforman en abuso de sí y en auto-contaminación. Antes de que se haya producido algún tipo de relación sexual, el individuo se halla ya amenazado por una forma de contaminación de la que su propio cuerpo sería la única fuente”Átame: tecnologías de la mano masturbadora, Manifiesto Contrasexual, Beatriz Preciado, 2002

A su vez, el “cum shoot” es una figura arquetípica del porno main stream, máximo indicador del placer masculino y a su vez uno de los componentes de la veracidad de la imagen pornográfica, y por consiguiente de su eficacia. El “cum shoot” o eyaculación masculina, es siempre mostrada en primer plano, lo obliga al porno tradicional a mantener el pene visible para el momento de la expulsión, cosa que imposibilita otra vía que no sea la mano-masturbadora, para lograr la eyección de semen frente a la cámara.

En este sentido, las estrategias de representación pornográfica han convertido a la eyaculación en el significante último de la discursividad triple X. Más que lo fálico, es la eyaculación nuestro nuevo significante despótico, pareciera que ella es la que engrasa los engranajes de la lúbrica discursividad pornográfica, el semen es el combustible de esta máquina deseante, lo que la hace funcionar, lo que hace que su discurso corra de un lado a otro, ese es el sentido latino de discurso, discurrere, correr de un lado a otro, en este caso, correr(se) por aquí y por allá.”
Fabian Giménez Gatto, Pospornografía, 2007

“Se denomina desinfección a un proceso físico o químico que mata o inactiva agentes patógenos tales como bacterias, virus y protozoos impidiendo el crecimiento de microorganismos patógenos en fase vegetativa que se encuentren en objetos inertes.”
Piédrola G., Medicina Preventiva y salud pública, 2002

La palabra : Leche, dentro de una de sus acepciones en el porno-argot latinoamericano (albur) se considera sinónimo de semen. La leche también carga con un significado asociado a la maternidad y al alimento, la lactancia materna es una de las condiciones bio-fisiológicas bajo las cuales se construye la idea de la bio-mujer: Toda Bio-mujer puede dar leche; cosa que se contrapone a la idea de la mujer como sujeto político ampliado, y a consecuencia las identidades trans o las tecno-mujeres quedarían fuera de la categoría “mujer”.
La leche también guarda una relación simbólica con la purificación, debido a sus cualidades iniciáticas de asociación con el amor puro, a lo lunar y a la inmortalidad. Dentro de la mística occidental: mamar de otro ser vivo significa absorber sus fluidos vitales, su savia, dar vida.

Se comprende entonces al performer como un agente descontaminador, que se encargará de la purificación colectiva, pero no siguiendo los preceptos heteropatriarcales de control y represión sobre el cuerpo, sino a través de la subversión y apropiación de estas misas prácticas cómo espacios de resistencia y tecnologías para la identidad: la queer praxis de la sanitización del sexo.

Foucault ha denominado «queer praxis>> a esta forma de transformación de ciertas técnicas de dominación en técnicas de yo, que hoy no dudaríamos en denominar técnicas de construcción de identidad. Toda técnica que forma parte de una práctica represiva es susceptible de ser cortada e injertada en otro conjunto de prácticas, re-apropiada por diferentes cuerpos e invertida en diferentes usos, dando lugar a otros placeres y otras posiciones de identidad”
Átame: tecnologías de la mano masturbadora, Manifiesto Contrasexual, Beatriz Preciado, 2002


Se pretende la desinfección del cuerpo cómo espacio político, desactivando mecanismos patógenos: discursos anti-onanistas e higienistas, etc. A través de la re-apropiación de elementos que fueron construidos desde la medicina (bomba de vacío, enemas, etc.) y que fueron re-apropiados por la industria del sexo, cómo tecnologías del sexo, y cómo lugares desde dónde tejer redes de deconstrucción de las identidades y las prácticas marginales. El recurso de la masturbación cómo contraposición de los discursos biopolíticos heteronormativos, y el semen cómo sinónimo de leche, de vida, que es auto-fecundado en el mismo cuerpo que lo expulso, cómo posibilidad de auto-reproducción sin la necesidad de las coreografías entre XX (mujer) y XY(hombre), además de la expulsión de leche desde el cuerpo de un bio-hombre, cómo herramienta de desestructuración de las supuestas características bio-fisiológicas de los cuerpos sexuados y de las performatividades de los géneros, desde las políticas anales.
Creación de espacios de transito, pospornográficos, contrasexualistas y performativos, al rededor del “cum shoot” cómo agente contaminante de los cuerpos.












































Fotografía por : HacHe 


               
                


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