Descripción
Esta pieza de arte acción integra la apropiación conceptual del “Beso Negro” practica erótica que corresponde a la acción de los labios y la lengua sobre el esfínter anal de la persona en cuestión. El "beso negro" consiste en la estimulación oral del ano y el perineo mediante el uso de la lengua (lamer, chupar), un beso realizado en el ano con el objeto de estimular sexualmente a la persona que lo recibe. El "beso negro" es el contacto de los labios con el orificio anal, generando sensaciones de excitación y placer en la pareja.
La performance consiste en la repetición de la acción de “pintarse los labios” a partir del uso reiterado del clásico labial rojo, como símbolo heteronormativo de feminidad y sensualidad. El labial es puesto en los labios, y al rededor del ano, posteriormente limpiado con servilletas; esta acción será repetida numerosas veces. Las servilletas que sucias que resulten de la acción serán recolectadas y colgadas con ayuda de hilos transparentes, pendiendo desde el techo del lugar. Conformando una instalación in-situ.
Esta es un acción minimalista en cuanto a su ejecución, la contundencia del acto se completa con la reiteración y repetición de las microacciones dentro de ella. El uso de labial rojo como símbolo heteronormativo de diferencia de género, el maquillaje como vehículo interactivo entre hombres y mujeres, como característica de modificación corporal y de regulación sexual. El beso como factor conceptual de las construcciones culturales al rededor del amor de pareja, permite hablar de una mito-poética cartográfica donde cada parte del cuerpo esta cargada de significación social y cultural al rededor del discurso del género.
El uso del esfínter anal como equivalente semiótico de la boca, a partir del uso del mismo tubo de labial, implica la crítica hacia la construcción heteronormativa que prohibe y castiga las practicas periféricas y subversivas de la sexualidad, fomentando el tabue anal. El miedo y asco profundo a la zona anal por parte de la mayoría de los hombres heterosexuales, denota una construcción cultural basada en prejuicios al cuerpo de acuerdo a normatividades impuestas por un régimen social heterocentrista, la intención principal de esta acción se mueve en torno a una conexión escatológica y abyecta a partir de la exploración política y artística de las zonas prohibidas del cuerpo, y las practicas subversivas y alternativas de sexualidad, para descolonizar el cuerpo y aportar a los cuestionamientos de lo considerado “normal” ante lo “anormal”. Deconstruir los estatutos impuestos por una mentalidad heterosexista que pretende inscribir sus preceptos y conceptos como verdades biológicas, universales.
La relación fisiológica y erótica entre la boca y el ano como espacios políticos (el primero como espacio para la palabra y la acción social a la vista de todos, y el esfínter anal como lugar prohibido destinado para practicas ocultas) circunscribe y evidencia un equilibrio y similitud entre el espacio público y el privado, y cuestiona lo “políticamente correcto” en ambos.
La invasión espacial con el papel higiénico manchado, declara y consta que el espacio es una extensión del cuerpo abyecto, en este caso el espacio es invadido conceptualmente por los restos de una contra-productividad sexual, generando una forma de placer-saber al integrarse como dispositivo de la critica a las normas culturales, y como una tecnología alternativa para el estudio de género.
La instalación que pende del techo del lugar, al tratarse de objetos suspendidos en el espacio, emula una invasión aérea, convirtiendo la acción en una colonización espacial a partir de la intervención de los objetos en los vacíos, a través de los cuales se puede transitar y entrar en contacto con el material de desecho y lo escatológico de la pieza.
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